Nota informativa
El 23 y 24 de octubre se llevó a cabo en Nairobi, Kenia, la cuarta edición de la Cumbre Global de Bioeconomía (#GBS2024). Esta es la primera vez que el evento se realiza fuera de Alemania y en un país del Sur Global. La Cumbre destacó la importancia de la bioeconomía sostenible como clave para la descarbonización y la transición sostenible hacia economías rurales y urbanas menos dependientes de los combustibles fósiles, al tiempo que se construyen sistemas alimentarios resilientes y sostenibles, se revierte la pérdida de biodiversidad, se afrontan los desafíos de salud y se utiliza la innovación como motor de nuevas oportunidades económicas, especialmente empleos para los jóvenes.
Como parte del evento, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) coordinó la organización de un taller sobre métricas y estándares técnicos para monitorear la contribución económica y la sostenibilidad de la bioeconomía y fomentar la innovación. El evento fue organizado junto con la Organización de las Naciones para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Stockholm Environment Institute (SEI), el Engineering Biology Research Consortium (EBRC), y el Imperial College London (ICL).
En el taller se presentaron tres niveles de seguimiento de la bioeconomía, relacionados con marcos macroeconómicos para evaluar la contribución socioeconómica de la bioeconomía, indicadores para monitorear su sostenibilidad, y estándares técnicos para fomentar la innovación. El evento tuvo tres momentos. Un panel, moderado por Francis Johnson, del SEI, en el que participaron Adrián Rodríguez, jefe de la Unidad de Desarrollo Agrícola de la CEPAL, Marta Gomez San Juan, experta senior de la FAO en Bioeconomía, e India Hook-Barnard, directora ejecutiva del IBRC; discusión en grupos; y una sesión plenaria.
Rodríguez presentó un resumen del desarrollo metodológico realizado en la CEPAL para la construcción de cuentas satélite de bioeconomía (CSB) y de los resultados obtenidos para 13 países de América Latina y el Caribe. En su intervención destacó que un requisito metodológico importante es que estas se desarrollen en el marco del Sistema de Cuentas Nacionales, para asegurar (i) la coherencia con sus definiciones, estándares y sistemas de clasificación (por ejemplo, cuadros de Oferta y Utilización, Clasificación Industrial Internacional Uniforme de todas las Actividades Económicas – CIIU, Clasificación Central de Productos – CPC), (ii) la conexión con los indicadores macroeconómicos establecidos, y (iii) para permitir la comparabilidad entre países y en el tiempo. Reportó que los primeros resultados del trabajo desarrollado por la CEPAL indican que en promedio para los 13 países estudiados la bioeconomía contribuye con al menos el 17,2% del Valor Bruto de la Producción, 12,5% de las importaciones, 24,5% de los impuestos netos, 18,3% del consumo intermedio, 28,6% de las exportaciones, y 24,9% del consumo final; y entre 12,8% y 14,3% del Valor Agregado.
Gomez San Juan indicó que la comunidad internacional ya ha hecho esfuerzos para establecer definiciones comunes de bioeconomía, principios comunes e incluso algunos criterios comunes vinculados a los ODS (incluidos en los debates del G20 y el G7 de este año). Sin embargo, faltan orientaciones para coordinar métricas globales que permitan mejorar la coordinación hacia la sostenibilidad. En ese sentido, indicó que la FAO ha publicado varias compilaciones de indicadores y metodologías, así como un tablero de indicadores para monitorear los esfuerzos globales en materia de bioeconomía sostenible; y enfatizó la importancia de acercar las visiones y metodologías globales y regionales aplicadas en diferentes contextos hacia metas y objetivos globales comunes. Destacó los principios aspiracionales elaborados por la FAO para el desarrollo de una bioeconomía sostenible, a saber: seguridad alimentaria y nutricional, productividad y regeneración, competitividad e inclusión, resiliencia y justicia, buena gobernanza y transparencia, innovación, equidad, responsabilidad y colaboración.
Hook-Barnard destacó que en el ámbito global se observa un rápido crecimiento y avance de las empresas y tecnologías que utilizan la biología sintética y la ingeniería biológica. Sin embargo, la falta de normas y métricas técnicas relacionadas en muchos aspectos del proceso de innovación plantea grandes desafíos, desde problemas de integración e interoperabilidad de datos hasta barreras en la claridad regulatoria y la confianza del consumidor. En su intervención destacó los principales resultados de un informe publicado recientemente - - Engineering Biology Metrics and Technical Standards for the Global Bioeconomy - en el cual se destacan áreas clave para el desarrollo de normas y métricas que permitan una comercialización acelerada en toda la bioeconomía. Las áreas técnicas incluyen los estándares de datos, métricas y metrología para cuantificar procesos biológicos, el escalamiento vertical y horizontal, terminología y léxico, métricas y estándares para la evaluación de la sostenibilidad, y estándares para facilitar el uso de la biomasa. También destacó estándares y métricas en áreas no técnicas, como la educación y el entrenamiento, la participación pública, mejora de la percepción pública y creación de confianza, la claridad regulatoria, y la bioseguridad y bioprotección.
Como temas sobresalientes en los grupos de discusión destacan:
- Las cuentas satélite, en el marco del Sistema de Cuentas Nacionales, brindan una base adecuada para estimar la contribución económica de la bioeconomía, con la precaución sobre las limitaciones de dicho sistema y del PIB para captar los impactos ambientales y las consideraciones de bienestar social.
- Los indicadores de sostenibilidad para medir las estrategias de bioeconomía necesitan fuentes de datos fiables y transparentes. Además de medir el progreso de las estrategias, es necesario contar con métricas globales de bioeconomía que nos permitan monitorear y comparar el impacto. También es necesario reducir los criterios de sostenibilidad ambiental y social, desde los objetivos nacionales hasta los de pequeña escala y las comunidades locales.
- Se necesitan métricas y normas técnicas para avanzar en la biología de ingeniería y las biotecnologías innovadoras para la bioeconomía; las normas técnicas para procesos y productos (como normas de datos, evaluaciones de sostenibilidad y uso de biomasa como materia prima) posibilitarán las asociaciones y el crecimiento desde la investigación hasta la comercialización y desde empresas a medida hasta un ecosistema industrial.
Finalmente, se destacó la necesidad de una mayor integración de los enfoques económicos, sociales y ambientales, así como la colaboración con los procesos de elaboración de normas técnicas para impulsar la innovación.